15.10.09

Uno de mis pocos buenos amigos...

Pa dice: Ma
Ma dice: Pa

Ma dice: Cómo estás?
Pa dice: Todo gud y tu? En qué andas?
Ma dice: Bien, estudiando un poco, viste cómo es esto. Cada página que avanzo con J. K. Toole, suspiro por vos...
Pa dice: Ja ja ja y qué onda con el gordito Ignatuis?

Ma dice: Re contenta estoy, re.
Pa dice: Ja, por dónde vas?
Ma dice: Por empezar el 8. Y mañana viajo a Junin y va conmigo. Vos Pa, en qué andas?
Pa dice: Acá en el departamento, ahora tranqui, tomando una latita y escribiendo algo. Estuve el finde pasado allá.
Ma dice: Hace mucho que no escribo, flojeli con eso estoy, y lo ando necesitando.
Pa dice: Yo estuve una semana, casi dos sin hacerlo, por cuestiones ajenas a mi.
Ma dice: Bueno, pero ahora volviste a escribir, es bueno eso!
Pa envía: Abrir (Alt+P)
Pa dice: Sí, ahí está dicho. Anduve medio bajón, pero lee eso, después te cuento.
Ma dice: A ver...


I

Después de dos semanas,
vuelvo a escribir.

Apoyo el culo
y la espalda
en la silla,
y miro nuevamente
las letras deslizarse
en el procesador de textos.

Es que de una noche a la otra,
-como se inventa un amor-
me quedé sin abrazos
y no me acordaba
ciertas sensaciones que una mujer
podía generar en el hombre,
al guardarle el corazón en la cartera.

No supe llorar,
me refugié en mis amigos,
no pude reír lo suficiente.

No me volví loco,
no perdí la cabeza.

Ya estoy escribiendo,
de una noche a la otra,
-como se inventa un olvido-,
y eso es suficiente.

Aunque esté solo
y pidiendo auxilio
en el cajón de tus bombachas.

-

Ma dice: Sos un sol Pa, un sol. Pero, qué pasó?
Pa dice: Una desilusión amorosa Ma, había encontrado comodidad, lugar poco habitual en mi relación con las mujeres, y es medio choto que te hechen de donde te sentis cómodo.
Ma dice: teentiendo.com
Pa dice: Pero el olvido me llega rápido, "como se inventa un amor", así...
Ma dice: Conocí lo mismo. Ahora estás mejor? (Quizás el jueves que viene tengo dos entradas para ir a ver a Falsos Profetas a Niceto, si las consigo, te invito, si te invito, vamos?)
Pa dice: No te confirmo nada Ma, porque viste como soy. Pero avisame en la semana que viene, si? Ahora ya estoy mejor. Yo como me ilusiono enseguida me desilusiono rápido, por suerte tengo esa facilidad.
Ma dice: Sí, si las tengo, te aviso.
Pa dice: Pero hubo cuatro días que me dolía algo y no sabía dónde.
Ma dice: Pasa eso, dolores fuertes, desde no se sabe dónde hasta dónde no se sabe tampoco.
Pa dice: Sí, si bien yo había sufrido desamores, experimenté un dolor maduro, casi virgen, no sabía que podía doler así, "me duele una mujer en todo el cuerpo" dijo Borges...

"Sin amigos, no sirven mis palabras", dijo alguien que se llamaba AC.
Pa, sos muy grande. Ma.-


13.10.09

Esteban Prol, te banco

Hoy me puse a pensar (a veces pienso, manéjenlo), en la amistad, en que me gustaría tener a algunos personajes de amigos. Ya una vez hablé de Georgina Barbarrosa, también puedo nombrar a Mendieta, a Manu Chao, a Tonino Carotone o a Bobby Marley, pero hoy, hoy quiero ser amiga de Esteban Prol. Y como una cosa lleva a la otra, me acordé del mini diálogo que tuve con Estebanquito Prol una vez por Avenida Corrientes mientras yo cantaba -desaforada- "es la guitarra de Lolo":

Situación: Prol parado de coté, en posición jarrita, con su saquito negro de siempre, su sonrisa por la mitad y su pelito-melena; en la puerta de algún teatro de por ahí. Andre camina por la misma vereda y canta, loca-loca-loca, y lo ve y le dice:


-Vos sos Esteban Prol, no?


-Sí, soy Esteban Prol.


-Pero Prol es tu apellido, posta?


(todo a unos cinco metros de distancia, mínimo y con mi mano extendida, señalándolo)


-Sí, por?


-Siempre te lo quise preguntar. Me caés muy bien, tu cara y tu pose me caen bien. Aunque cuando era más chica, te confundía con Fernán Mirás, hasta que Mirás se dejó la barbita y vos te la sacaste.


Y Prol me sonrío lindo y yo sin acercarme le dije: Suerte Prol, sos un sol. Y otra vez me sonrió lindo. Y yo me fui contenta.




Aclaro, no fue de cholula la escena, fue de "querer ser amiga de Prol". Insisto, me cae muy bien. Y quería que lo sepan.-


Prol, si lees esto, llamame cuando llegues o veni y tocame timbre.-

23.9.09

Me cantaron las 40

street fighting man gimme shelter (i can't get no) satisfaction the last time jumpin' jack flash you can't always get what you want 19th nervous breakdown under my thumb not fade away have you seen your mother baby? sympathy for the devil mother's little helper she's a rainbow get off my cloud wild horses ruby tuesday paint it black honky tonk women it's all over now let's spend the night together start me up brown sugar miss you beast of burden don't stop happy angie you got me rocking shattered fool to cry love is strong mixed emotions keys to your love anybody seen my baby? stealing my heart tumbling dice undercover of the night emotional rescue it's only rock'n'roll losing my touch.

en ese orden.
la lista, exacta, sin cambios, sin desorden.
hoy encontré ese disco doble. a los dos segundos de darle al "play", me acordé que todos los colores y todas las sensaciones pasaban por esas canciones.
hermoso rato, sí.

forty licks, & no more.

21.9.09

Voy o no voy, voy, por la página 70, pero voy

Es la cuarta vez que comienzo a leer el mismo libro, llego a la página setenta y algo y tengo que volver a empezar. No es que el libro sea demasiado fácil o demasiado difícil: lo que creo que pasa es que antes de llegar al cuarto de libro (sin queso), me doy cuenta que mi atención anda por Valencia con la luna.

21 de septiembre, un solazo de esos que digo siempre, marca "te explico" y ahí iba yo, en un taxi por Cabrera a fondo. El señor taximan que me pregunta: -¿Sigo por Cabrera hasta Paraguay y Junin o decís que nos conviene Viamonte?-, mientras me mira por el espejo retrovisor y a su vez por arriba de sus lentes, los cuales cuelgan en la mitad de su nariz (actitud que de ser de una señora que conozco de Junin y tiene una mercería por calle Gandini, antes de llegar a Roque Sáenz Peña, me hubiera jodido y mucho). Me mira, espera respuesta y yo le digo que me conviene -o muy concientemente quiero- que tome el camino por el que tarde más y vaya más lento. El señor del auto amarillo y negro, me mira y le sonrío: "no tengo ganas de llegar al lugar donde debo ir". "Pero entonces yo que vos, me bajo, me bajo acá", y ésa fue la mejor frase que me dijeron un día de la primavera. "Buena idea, buenísima idea, ¿Cuánto dice que le debo ahí? 9 pesos, perfecto, muchas gracias, que tenga una lindo día", y me bajé. ¿Qué necesidad tenía yo de ir a fondo, esquivando 106's y 140's por Cabrera y todo por llegar a las 16 a una clase? ¿Y perderme el sol? Quedé parada en la esquina del Coto de Cabrera y la calle que está entre el Coto y la plaza que creo que se llama como yo y que del lado de Avenida Córdoba tiene unos perros-estatua, parada al sol y contenta (por un momento recordé una escena de Radio Freccia y sonreí para adentro, cuando me vi con los brazos en la cintura, haciendo jarrita). Seguí caminando y así festejé el día más meloso del año, la rateada nacional y oficial, y el primer día de la alergia que llevaré conmigo por casi 3 meses, con un promedio de 34 estornudos en 2 días.



Llegué a la clase casi 57 minutos tarde, porque me tomé el laburo de disfrutar esa llegada tarde y certificarla con el reloj, lo que algún amigo llamaría: "Si la hacés, hacela bien". La profesora de los lentes rojos y raros hablaba, saludé y me senté. Nadie supo de mi festejo: caminata de casi 25 cuadras al ritmo de Charly García, Spinetta, algo de Onda Vaga y Estelares, Kusturica, Bregovic y mucho de The Killers y Radiohead. Sol, gente riendo, nenes corriendo, aire, luz, ciudad y autos (a los que ingnoré felíz y completamente). Me acordé de mi fin de semana en familia, de la ruta, de las fotos que guardo.

En definitiva, ya eran como las 5 de la tarde y mi dia recién comenzaba, fueron las casi 25 cuadras que más disfruté de un tiempo a esta parte. Buenos Aires es un poco ese libro, en el que me trabo siempre, al que quiero cerrar seguido, y a veces, tirar o guardar por ahí. Pero también me dio mucho, lindos ratos, lindas palabras, linda gente. No está mal empezar otra vez, así sean las 5 pm o la página 70 y algo, el tema es ir, seguir, continuar. La vida es libertad y como lei por ahí: La libertad es fanática, mi amor. Mi libertad de hoy se llamó "taxista que dijo: yo que vos me bajo acá". Entonces elijo ir y volver y volver a ir, ir a mi modo, a mi ritmo, con mi música. Me encanta cuando esta ciudad me deja hacer de una tarde, de un rato, de 25 cuadras: mi viaje, mi rato, mi tarde, mis cuadras y hasta mi propia banda sonora. Uno de esos días "sospechosamente lights", como diría Calamar Boy, pero tannn lindos.-

Gracias señor taxista, gracias Ring Lardner Jr. por hacer que vuelva a leerte por cuarta vez y gracias primavera, es la primera vez que no te odio por acercarme la alergia.

Y brindo con Baggio de manzana, con la ventana abiertísima, vientito entrando y Capusotto en la tele, ¿Qué más se puede pedir? Alguna estrellita por ahí, y la luna que se deje ver: pero pedirle eso a Buenos Aires, ya es mucho, se que en ese cielo inmenso estan. Chin chin (ruido de mi vaso con el tuyo, virtual-brindis, claro).-

Say No More! (se acerca el 23 de octubre, Max!) =)

28.8.09

Grandes verdades de pequeños autores

-"Y pero al final, a vos mamá, no te gusta nada. Te enojás porque no junto los chiches, te enojás porque todavía no me salen las cuentas de matemática, te enojás porque ensucié el pantalón. ¿No te parece que te tenés que reir más?"

La mamá lo miró, le tocó el flequillo, sonrieron los dos y siguieron caminando hasta llegar a Avenida Córdoba.

La gente "grande" sonríe poco, y los nenes lo saben, aunque imaginemos que en su inocencia "no se dan cuenta de nada".

Eterna inocencia, qué lindura.-

26.8.09

Historias mínimas (o sea, de ascensor)

En los ascensores pueden pasar cosas muy interesantes, dignas de un análisis semiótico donde podríamos citar en pocos segundos rasgos retóricos-temáticos-enunciativos casi sin respirar; cosas sin importancia, cosas graciosas o divertidas y también cosas raras.

Hoy leí en un ascensor -sobre una hoja muy blanca y con fibrón muy negro- que alguien había perdido el paradero de algo:

"EL PASADO 24/6 SE EXTRAVIARON EN LA TERRAZA UNA REMERA NEGRA Y UNA CALZA, DE MUJER. RUEGO SU PRONTA DEVOLUCIÓN. 6to F. MUCHAS GRACIAS"

Alguien agregó:

"A MI TAMBIÉN ME DESAPARECIERON PRENDAS FEMENINAS HARÁ UN MES. 4to D"

Y otro alguien, remató fantásticamente:

"SE ME PERDIÓ LA BOMBACHA, PERO NO SE DÓNDE. DEVUÉLVANMELA. 5to C."


*Cosas que llamaron mi atención en el viaje que duró 4 pisos y que todavía sigo pensando:

-Que el primer anuncio aclare, de forma tan marcada ("de mujer" estaba subrayado con interlineado doble a mano, ojo), que la remera y la calza eran d-e m-u-j-e-r.
-La sutileza con que los dos primeros carteles expresan el término "robo-choreo-afano-hurto", empleando en su lugar "extravío-desaparicíón".
-La delicadeza con que el tercer anuncio explica y da a conocer a todo el edificio que en el 5to. C vive una persona (o por qué no varias) ligero o ligera de prendas.
-Cómo me costó leer y decir tanto "devuélvanmela", no sé por qué me traba la lengua.
-Descubrí que me gusta que las personas pasemos a llamarnos un mix de letras y números, desde hoy seré 3ro.F.
-Cuando me iba, le pregunto al encargado: "¿Vio los carteles?" y el señor me responde: "Por lo menos lo hacen con humor". Y finalmente salí a la calle pensando o tratando de interpretar qué (de todo lo que mi cabeza iba imaginando) era lo que en el edificio hacían con humor. Supongo que el encargado-portero-o señor que sé que se sabe toda la posssta del edificio, pícaro si los hay, lo dejó a mi criterio.

Éstas historias así, cortas, de ascensor - que suceden sin que nos demos cuenta-, me encantan, sépanlo o devuélvanmela (me propuse usar la palara difícil seguido para practicar) .-

Sin más que decir, me despido por hoy, pero con actitud, de manera bien Chiquitera Legrand:
"Como te ven, te tratan y si te ven mal; te mal-tra-tan. Chau-chau" (Y ahí va manito que dobla los deditos por la mitad).-

3ro. F.

21.8.09

Max recomienda (ésta versión) ...



Gracias hermano, me gusta cuando me pasás lindos temas...

=)

Cosas que NO puedo dejar pasar

Como éste tema...



Sin palabras, Jason Marz, gracias! (posssta, este tema me salvó hoy).-

18.8.09

Mirá cómo te chateo

L dice: ...
A dice: ???
L dice: :O
A dice: ?!?!?!?
L dice: :)
A dice: ???
L dice: :/
A aparece como no conectada.

(después pretendemos entendernos mejor y ni sabemos hablarnos bien)

15.8.09

All I need is Beatles



No existe, no existe eh, ni existirá una canción mejor que ésta. Lo juro, lo prometo, lo digo, lo aseguro, lo siento, lo sé y punto.-

10.8.09

"Melancolía exquisita" dijo D.

D. le explicaba a S., después de prometerle el mundo, el bosque, las estrellas y más: "Sol te puedo dar hasta la eternidad, canciones hasta que no me quieras escuchar y noches, ahí se me complica, pero para vos, cuando quieras, cuantas quieras. ¿Negociamos entonces? ¿Cerramos el contrato acá?" (S. lo miraba y no decía nada) D. insistió: ¿Te vendrías un día a conocer mi vida?". Y S., finalmente, suspiró profundo, tomó aire como si fuera a saltar del piso más alto, sonrió tímidamente y dudando un poco menos que una hora antes, respondió que sí. "¿Sabés lo que pasa?", dijo D. cuando notó que sus ojos buscaban saber algo más: "Te me volviste imprescindible".
Su presencia, un presente tan precioso. Infinita tristeza no, "melancolía exquisita", sugirió D. y caminó tres cuadras derecho, hasta que llegó a la esquina del semáforo naranja. Esa misma esquina que 2 años atrás los había encontrado por primera vez y con muchas sonrisas menos.

8.8.09

Niceto Salvador Vizcacha, quería un blog! y ahora ya lo tiene

Conclusiones de mamá (mamá de Vizcacha, se entiende, no?):

-Antes buscábamos nuestra media naranja, una pareja se complementaba. La mujer se encargaba de la casa, de la familia, el hombre de traer el sueldo todos los meses. Las aspiraciones, los hobbies de cada uno eran diferentes. Ahora no, los jóvenes son personas completas por si solas, ya no existe la frase "somos como uno solo", en este momento uno más uno es dos. Y es lógico, unir dos medias naranjas es más facil que unir dos naranjas enteras.

Mi vieja es una grande!

Niceto Salvador Vizcacha
www.nicetosalvadorvizcacha.blogspot.com

1.8.09

Adhiero totalmente

Cosas lindas que comparto con Liniers y Macanudo: Y ni hablar del momento en el que estás caminando-paseando-buscando, eligiendo el próximo disco en el que vas a invertir unos pesos y de repente, lo tenés en mano, envuelto en ese plástico duro (léase alarma) y uno no puede terminar de sentir ese placer único de comprarse un disco, aunque sea una vez al año.

22.7.09

Que estés sonriendo... y bailando



Del último disco de Las Pelotas: Despierta
Una mochila, mates (o cualquier otra cosa), un cielo grande y una buena escapada al sur con música tan linda che...

[Gracias Colo!]

26.6.09

No tele

Enciendo la tele y leo: "Moria se haría una rinoscopía pública".
Mejor la apago.


Ruta 7 y a casa.

25.6.09

Aflojale Tio Bigote!


Bob Dylan, Rodolfo Walsh y Quentin Tarantino por Andrés Cascioli
Otro más que se fue, parece que está complicado acá abajo el asunto, che...

parapa-pa parapapa...



I'm from Barcelona - Collection of Stamps
El tema que terareo desde que me levanté!
Me encanta! Y el colorado también!

24.6.09

Ag!

A6u571n..(moto) oouch!! dice:
siii yo tambien... me envidio
cada uno elige
donde quiere estar
sabelo
pensalo antes de dormirte
[andreita] dice:
ya lo se
NO ME LO DIGAS MÁS!
A6u571n..(moto) oouch!! dice:
ja
estas maniosa!
jeje
[andreita] dice:
no!, ahora no quiero estar acá, me cagaste el sueño!




Y si hoy sueño con el lugar donde no quiero estar es todo culpa de ese chiquito, con el pelito de Balá y remera amarilla, que pone cara de santo, pero anda por la vida rompiendo sueños, (pero que igual lo quiero)...

A6u571n..(moto) oouch!! dice:
bueno soña que te vas de vacaciones!
es buenisimo soñar!

=) y me dejó más contenta...

Vice con Peña is Nice (y mi banda sonora)

Leyendo cosas viejas en mis cuadernos viejísimos de Junin (cualquier excusa es buena para decirle NO a los resúmenes de Semiótica), encontré algo que me dio un poco de melancolía. Todavía me cuesta pensar que Fernando Peña y sus tantas vidas ya no estan. Todavía me pregunto cuándo Carlos Alberto García Moreno va a volver para ser Charly y hacerme sonreir. Recién es miércoles y me faltan casi tres días para irme a casa. Y es la décimo quinta vez que escucho un cassette viejo con temas en vivo de Las Pelotas y Sumo. Demasiadas buenas y dulces cosas...


viceisnice (algún día de sol, sospecho que era invierno, del 2008...)


Hoy es un día especial, bah, especial lo que se dice es-pe-cial no, más bien raro, no sé bien por qué, pero sé que no fue un día muy normal. En realidad ya no debería decir “hoy” porque lo que llamo hoy fue ayer, pero como para mí ayer sigue siendo hoy dado que todavía no pasé la noche de ayer porque la noche de ayer sería estar durmiendo en este mismo momento, pongamos que hablo de Junin y de ayer pero hoy, ¿trato?


Hoy pero ayer desayuné con el almuerzo y con la Chiqui Legrand, (sí, sí, ya sé, me estoy levantando tarde) acto seguido: me podían pasar dos cosas; que el desayuno-almuerzo me caiga mal porque me molesta escuchar más de diez segundos a la vedette de los almuerzos y me podía llegar a quedar atravesada la comida en la garganta o que el invitado de Mirta sea Fernando Peña y que por primera vez (y hasta ahora única vez) en mis veintidós años (que hoy son veintitrés), no me moleste escuchar a la viuda de Tinayre un programa entero sin fastidiarme e incluso, prestando atención a sus comentarios bobitos. Me la banqué y hasta creo que no merezco mentirme, lo ví venir, más de una vez, durante esa comida, fui felíz.

Peña dice cosas que me hacen bien. Ver a Peña me gusta. Escucharlo me gusta. Oir a Peña durante un almuerzo, está bueno. Peña me entusiasma. Peña me sensibiliza. Y me gusta que alguien me provoque eso. Una persona que se autodefine como “trabajador de la palabra en todas sus manifestaciones”, me gusta, me encanta.

Después de Peña, me quedé sola en casa, momento emotivo en el aire ya: sola y en casa, o sea que tenía un par de caminos por transitar, al estilo elige tu propia aventura…, para elegir: una merecida siestona, viendo y considerando que era mi último jueves de las vacaciones de invierno antes de volver a la ciudad de la furia, a la facultad de la furia y a la gente con furia (Ciudad Autónoma de Buenos Aires, amiguitos, sí, sí; Universidad de Buenos Aires, sí, sí, compañeros; y porteños, queridos, sí, sí, le moleste a quien le moleste), una siesta en mi hermosa camita grande, no venía nada mal, pero había un sol muy grande como para esconderme de él en la cama y no fui por ese lado; la segunda opción era mirar un rato latele, literalmente, mirar un rato latele, estudiarla, sus botones, sus opciones de menú, su sonido y por ahí, hasta ahí, sólo eso puedo hacer con latele desde hace tiempo, con suerte, encontrar en la pila de mi hermano algún dvd que valga la pena, pero no, el sol seguía estando muy lindo afuera para eso, y eran las tres y veinticocho de la tarde ya, cuando no da, no da. Mis amigas estaban todas, pero todas, estudiando, justo tengo tanta suerte, que hay un sol hermoso y todas rinden la semana que viene, que vendría a ser algo así como que se caiga el cielo de la tormenta, tener tres películas buenísimas para ver, pero que el reproductor de dvd o que la cassettera (palabra ochentosa si las hay) no funquen y lo que es peor, te enteres en ese mismo momento, después de estirar tus piernas entre el sillón y la mesa ratona que tenés ahí. Bajonazo, el sol seguía firme ahí afuera. Y yo sola, y acá adentro. También podía ponerme en posición pro-estudio como aquellas otras, pero tampoco daba ponerme a leer la bibliografía que todavía no empecé a leer a conciencia para el parcial que tengo de Taller2 la semana que viene, eso de hacer algo a conciencia, justo hoy, no daba tampoco. Y menos teniendo en cuenta que siento que me anoté en una cátedra aburridísima (casi como el programa de la Chiqui cuando tiene invitados como Susana Rocasalvo u Osvaldo Laport) de la cual tengo pensado desaparecer, borrarme, darme de baja, pronto. En fin, problemas académicos que resolveré en el ámbito facultativo (¿existe ese término?) la semana que le sigue a esta, o sea la que viene, cuando ya mis hermosas vacaciones de invierno hayan concluido y no tenga otra cosa que hacer que ir a luchar contra la mujer simpatiquísima del Departamento de Alumnos de la Sede Parque Centenario, una rubia teñida, morrudita, que lo que menos tiene es cara de “¿Me entendiste? Sino, te explico otra vez” o “Volvé todas las veces que sea necesario”. Y la última opción, la más acertada, la que finalmente elegí, fue ducharme, poner música a fondo y hacer lo mismo que hago todas las noches aparte de tratar de conquistar el mundo, pensar y repensar, mientras escucho esa música que considero saludable, cuál sería la banda sonora de mi vida, de mis días, de ese momento.Entre las tantas preguntas que me vivo preguntando, ésa, la de mi banda sonora, es una que me hago siempre y que nunca nadie me hizo, cuál sería la banda sonora de mi vida. Mmmm, creo que es tan difícil de responder para mí, pero para muchos debe ser fácil. Por ejemplo Charly García, él sí que supo tomarse muy enserio esa pregunta, aunque dudo de que alguien alguna vez se la haya preguntado, o por ahí, de tan genio que es, él mismo supo planteársela, de lo que estoy segura es que supo responderla demasiado bien. Ésa es la música con la que quiero que empiece mi cidi con la música de mi vida. Track 1: El Amor Espera – Intérprete: Charly García & Say No More! En ese momento terminaba de ducharme y ahí volví a comprender que la música es el vicio que me hace más felíz. Vice is Nice! And no more.-

Volvé Charly, volvé...

23.6.09

Y pocas nueces

Y si vas a la derecha y cambiás hacia la izquierda, adelante.
Es mejor que estarse quieto, es mejor que ser un vigilante (...),
Y si trabajás al pedo y estás haciendo algo nuevo, adelante (...),
Quiero algo de razón, no quiero un loco.
Apagá el televisor.
Si lo que te gusta es gritar, desenchufa el cable del parlante.
El silencio tiene acción, el mas cuerdo es el más delirante.
[Raros peinados nuevos, Charly García]

En realidad, no es nada nuevo lo que quiero decir (en alguna que otra charla con gente amiga lo hice público), pero bueno, una serie de hechos que ocurrieron los últimos días, me hicieron pensar (rarísimo, sí, porque tengo el cerebro preocupado por algunas cuestiones académicas hace una semana y por algo que le debo a Alejo, y sí, no puedo hacer más de dos cosas juntas) y si a eso le sumo algunas cosas que escucho cantar a Charleston, en fin, acá estoy.


Tengo ganas de decir algo: Estoy podrida de la gente que utiliza la herramienta "Comentarios" en la web para hacer catarsis y que, encima, lo hacen bajo el nombre de "anónimo". Si se te cayeron todas las monedas cuando tenías que sacar el boleto del 15 y encima tenías a una cola de 23 personas esperándote y bufando, no es mi culpa. Si te caiste y se te cagaron de risa, no es mi culpa. Si se te quedó el ascensor o cuando estabas por bajar (porque vivís en el piso 12) lo pidieron de planta baja otra vez y vos quedaste adentro, no es mi culpa. Si tuviste que viajar 40 minutos parado, no es mi culpa. Si no sabés a quién votar, no es mi culpa. Si sos hincha de Boca o (peor) de Independiente, no es mi culpa (ésta vez me la juego por Huracán y papá Jorge tuvo que ver en esto). Si la persona que querés que te quiera, no te registra, no es mi culpa. Si te registra la que no querés, tampoco es mi culpa. Si está lloviendo, no es mi culpa. Si tu computadora está lenta, no es mi culpa. Si no podés hacer dos cuadras sin pisar mierda, no es mi culpa. Si hay paro de subte, no es mi culpa. Si no soportás el mundo, no es mi culpa. Y si no te gusta lo que otros escriben o hacen u opinan, siempre-siempre se puede ser más suave. O sino, directamente, say no more, no digas más nada y todos vamos a ser más felices. Me da verguenza ajena (piel de gallina, como un dolor en el pecho al estilo Panigazzi) cuando veo que cuando se opina en la web, se opina como se habla, no hay reglas, no hay códigos, no hay lógica, no se respeta nada. No es que la Real Academia Española me está pagando por esto, eh, porque soy una de las primeras personas que levanta la mano si preguntan si se puede escribir cómo se habla. Pero paremos un poquito, ¿no nos estaremos yendo un poco lejos? Si escribimos como hablamos, ¿será que hablamos como vivimos? Últimamente todo me hace pensar que sí. ¿Será que ya ni ganas de hablar bien tenemos? ¿O que todo nos da lo mismo? A veces pienso que hay gente que llega a cierta edad y debería volver a empezar. Aprender desde cero, ni siquiera educación, buenos modales, directamente el abecé y los números y empezar por ahí. No sólo gracias, buenas noches, permiso o por favor, también el brazo, la mano, la buena onda, el optimismo. Es que realmente me angustia un poco todo lo que veo en la tele, lo que escucho en la radio, lo que leo en los diarios, hay mucha más gente sin retorno que lo que yo imaginaba, y no sólo eso me preocupa, no lo quiero, no lo quiero hoy, no lo quiero mañana, no lo quiero más. Y estas cosas me hacen repreguntarme si voy por el camino correcto, y ya ni lo sé. Uno hace lo que puede, pero no puede lo que quiere hacer. Y es así, y todo así. Paren el mundo, ésta tarde realmente, me quiero bajar.

Hoy estaba entretenida leyendo a Caicedo mientras esperaba mi turno para hacerme unos análisis y escuché a un nene que le decía a la mamá:
-¡Mamá, mamá, el señor ese me da miedo!- y señaló a un hombre que estaba sentado a dos asientos de ellos.
-¿Y por qué?- le preguntó la mamá.
-¿Por qué qué?
-¿Por qué te da miedo?
-No sé mami, tiene los ojos muy duros, parece enojado. Y no se ríe-.
Y la mamá lo sentó en sus piernas y le "intentó" explicar que en realidad la cara del señor era así o que quizás le había pasado algo o le dolía la pancita (ahí yo bufé por lo de "pancita"). Entonces el nene, piensa un rato, lo mira y responde: "Y andá a preguntarle, ma". La madre le dijo que no, que ya le tocaba su turno y el nené se sonrió (imagino que porque estaba seguro de que había encontrado la solución a la cara de culo del hombre) se paró enfrente del señor con mucha decisión, lo miró a los ojos, buscó algo en sus bolsillos y le dijo: "Señor, no quiere que le de dos caramelos rojos? Son de frutilla, re-ricos eh" Y el señor lo miró, y casi que se sonrió.
Y yo me encanté de ternura.
El nene tenía eso que yo creo perdido: ingenuidad, dulzura, buenos modales, respeto, suavidad, solidaridad y tantas cosas más que juro que si lo hubieran visto, lo comprenderían. Es que en realidad, el nene todavía tenía la felicidad de no saber mucho de que va todo este circo que llamamos vida... Y el hombre, aparte de tener mucha cara de cul-, supongo que era de esos que hoy se habían levantado con el pie equivocado y lo que sigue, es una historia que bien sabemos todos...

Me ponen mal todas estas cuestiones. La infelicidad que tenemos todo el tiempo, el mal humor, las pocas ganas. Me molestan los monosílabos. Me molesta la gente que vive cruzada de brazos, y como esperando "algo".


"Maldita sea, Cali es una ciudad que espera pero no le abre las puertas a los desesperados" dijo Andrés Caicedo alguna vez y me acordé de eso y suspiré. Me pregunto si Buenos Aires no se parece mucho a Cali en eso de esperar...

La poca diversidad de palabras, de formas que tenemos para comunicarnos, la manía de perder el tiempo. No me puede indignar tanto el mal uso de las palabras, o lo que es peor, gastarlas en cosas sin sentido. El tiempo, la palabra, la coherencia, el respeto, la escucha, son tantas cosas que estamos perdiendo (o ya perdimos) y el asunto es ése, no hacer el esfuerzo de recuperarlas, de hacerlo mejor. "Es mejor que estarse quieto, es mejor que ser un vigilante", obvvvio, siempre que se diga o haga algo va a ser mejor que la nada, pero que no se confunda, se debe decir con argumentos valiosos, con criterios lógicos, con el uso racional del idioma. Decir con pasión, ¡con ganas! Vivir diciendo...

Y aprovecho la escena del nene con su mamá de esta mañana y el uso de la palabrita "pancita" que tanto me desespera. Me molestan los padres que a cada cosa que le dicen a su hijo de 2 años le agregan el "ito" o que lo sigan llamando Pedrito cuando Pedrito ya sabe para que la tiene (guiño a mis amigas, en especial a Evan): ¿Dónde está el muñequito chiquito? ¿Vamos a lo de Tomasito un ratito? ¿Tomamos la mema? (Qué es LA MEMA???!!!) o peor ¿A ver si Juancito se hizo caquita? ¡Uy tenés moquitos!, ¿Querés un alfajorcito? Basta! Es mamadera, es caca, es mierda, es alfajorrr, es mooooco. Cortemosla con las deformaciones al hablar, así empezamos y después terminamos mal. "No empiecen que después terminan llorando", nos decía mi papá cuando mi hermano y yo nos corríamos por algo.

Muchas cosas para decir, muchos temas de los que hablar y muy pocas caras con ganas de hacerlo. No quiero pensar que estamos perdiendo las ganas de vivir, no, no, no quiero. Quizás hoy tuve un día demasiado "recetado" y esto es el resultado de eso. Todo puede ser, o nada.

Pensamientos inútiles, seguramente...
Mucho ruido y pocas nueces quizás, mucha receta, y poca lucidez...

Ay! no sé, tengo a Gabi que dice que no quiere que la vida se le pase. Y yo veo que la vida se nos pasa y que todo es más complicado, y que no nos estamos dando cuenta de nada. De hablar, de pensar, de sentir, de escuchar, ni-hablar.

Debajo de esto hay alguien que no creció... (ya lo saben)

Yo quiero ser chica... Y jugar...

19.6.09

Malos aires

A.: S., necesito que me respondas una cosa.
S.: ¿Qué cosa?
A.: ¡¿Tanta cara de culo tendré como para merecer un pedo en la cara?!
S.: Ja, ja, me estás jodiendo.
A.: No, ¿querés saber cómo fue? Así: Me dijiste que nos encontrábamos acá, me duché, agarré mis cosas y salí de casa. Cuando piso la vereda y me dispongo a caminar a ritmo porteño, me doy cuenta que quedo caminando detrás de un hombre, que caminaba lento y ponele que quedé a un brazo de distancia de él y me tuve que mantener a ese ritmo (y bufando yo, como siempre). El señor iba como medio incómodo. En eso, de repente, escucho un TRUENO terrible (o sea, tenés que escuchar un pedo en plena Avenida Córdoba eeeh!), y vos viste el sol que tenemos hoy. Sí, sí, no me mires con esa cara, el hombre, educadísimo, se me cagó en la cara. Y no es todo, llegamos a la esquina, y muy pancho, se rescaba con todas las ganas. Yo no puedo creer. Entonces me dije: "Lo miro, lo miro y que se sienta incómodo" Y lo miré. Y nada, absolutamente na-da. Muy felíz y relajadísimo, me dijo: "Linda tarde, ¿no?"
S.: Ja, ja, ja... te-rri-ble.

Basado en un hecho real (para soñar prefiero a Hoffman), un día cualquiera en una esquina cualquiera de Buenos Aires.


Se nos fue todo a la mierda, literalmente.
Me indigné..

16.6.09

La Maison en Petits Cubes

La Maison en Petits Cubes, La casa de los pequeños cubos, del director japonés Kunio Kato, es el Corto Ganador del Premio Oscar, por ser el Mejor Cortometraje de Animación 2009, no hay mucho para decir, hay que mirar nomás, saber mirar...

Parte I:


Parte II:


Lindo, lindo, lindo...
=)

Sueños son

Ja ja ja. Mucho feriado y pasa esto...

Me levanté y no puedo dejar de reirme. (Lo de La Trastienda con Los Tipitos, será un tema aparte, aunque también es causa - la primera- de mi felicidad)
Pero la situación es la siguiente: Me rio mucho porque tuve un sueño ridículo.

Soñé que Georgina Barbarrosa era la novia de Philip Hoffman. Y que vivian en el campo. Pero en la tranquera (no hay campo sin tranquera) tenía parada el 36, entonces, por eso yo pasaba por ahí! Pero la historia era más o menos así:
Me subo en Acoyte y Rivadavia al 36. Me siento en esos asientos que no se comparten. Me doy cuenta que en los asientos de a dos va un señor muy rubio con dos mellizas muy morochas. Tengo la idea (que yo pienso que no es, pero es) de que ese señor con gorrita (esas gorritas yanquis con una letra en grande: él tenía la W) se parece al actor de Capote, película que me encanta. Y es! Es Hoffman! Entonces no puedo creer que Hoffman y yo compartimos el mismo viaje horrible en el mismo horrible 36. Me rio y observo por la ventanita que ya andamos por el campo (nada que ver porque el campo se parece a la ruta 7 que conozco tanto entre Junin y Lincoln), pero un campo que se parece muchísimo al de mis abuelos (un poco más allá de Lincoln). Hoffman se para, las nenas también, timbrean y se bajan. Se bajan en la tranquera esa! Me sigo riendo y pienso que seguro que no era, pero que era alguien muy parecido. (Aclaro que todo esto lo soñé eh, no es que es producto de alguna cosa rara, o de mi adicción a los sahumerios o las velas) La cuestión es que sigo ahí, sentadita sola en el 36, con El Poli de Los Tipis sonando en mi emepetré (ah, sí, sí, no tengo sueños sin banda sonora) y me doy cuenta que mi parada es la próxima! Me paro toda atolondrada, ésta vez timbreo yo y me bajo. Y me doy cuenta que me pasé, que mi parada era, posiblemente, la misma que Hoffman! Ja ja ja, escribo y me rio. La cuestión es que hacía mucho frio y yo caminaba por el campo y me dirigía (según la dirección que tenía en un papel violeta que saqué del bolsillo de mi campera verde) a la misma tranquera que Hoffman. Me dedico a abrirla (si lo haré en el campo, es una de las cosas que más me gusta hacer desde chiquita: ¿Puedo abrir yo abuelo? ¡¿Puedo abrir yo?!) y lo alcanzo a divisar al Capote trucho desde lejos: un buzo gris, un pantalón azul, la misma gorrita, las nenas con dos colitas en el pelo y nada, caminan y llegan a la casa y alcanzo a ver que entran. Y llego yo, y golpeo mis manos (que me encanta hacerlo) y ja ja ja, Georgina Barbarrosa me abre la puerta, con un mate en la mano y me dice: "¡Llegaste Andreita! Te estaba esperando con unos verdes, me entendiste bien cuando te expliqué?" Y me rio. Y le digo: "Sí, sí, vine en el 36 como me dijiste"- Y responde: "Bueno, pasá pasá, que charlamos" (JA JA JA, Georgina y yo: amigas!!!!!) Y aparece Hoffman! Y me dice: "Ah, sí, yo te conozco de antes" Y me mira y lo miro, y me desperté!!!!


Ja, ja, ja y mientras desayuno intento sacar algunas conclusiones bobas:

-No sé y nunca voy a saber si los sueños son o se hacen.
-Me gustó cómo me miró Hoffman la última vez, fuimos como complices de algo.

-No quiero creer que Hoffman y Barbarrosa en otra vida fueron pareja.

-¿Las dos nenas - que imagino que vienen a ser hijas de ambos, aunque de él no tenían nada- vienen a ser la versión femenina de los mellizos de Geor? (La trato así porque ya somos amigas)

-Los dos siempre me parecieron simpatiquísimos. A Hoffman aparte, lo admiro.

-No entiendo por qué su casa se parecía tanto a la de mis abuelos, o sí lo entiendo.

-Lo de los mates con Georgina, debe ser porque siempre me pareció una persona copada para unos mates o té.

-Tengo la última peli que protagoniza Hoffman pendiente para ver hace mucho.

-Y algunas cuestiones ridículas más...

Ja, y supongo que todo esto mezclado, merecía hacerse realidad en un sueño, pero no puedo dejar de recordar esa imagen: Hoffman paradito ahí, yo re contra abrigada, afuera mucha neblina y la Barba con el mate, ah y las nenas, imagen típica de película, corrían de fondo haciendo nada y (guiño a mis amigas) corrían y transpiraban solas (cosa que no soporto), jajaja: ¿Qué tiene que ver todo eso conmigo?

Las bizarreadas así, me matan!

Ja ja ja, me encanta que las cosas no tengan lógica...

Y van dos días que los empiezo de buen humor, me estoy riendo mucho... Gracias Hoffman...

14.6.09

De cumpleaños, muy felíz

De todas las cosas que disfruto en mis días (que no son tantas y no se dan a cada rato), hoy me toca la mejor:







No pueden ser más lindos esos momentos...

Tipitos... No les voy a preguntar por qué vamos a brindar...

Felices 15 años de música y vida...
Gracias por hacer mis días más tiernos...

Y que ésta noche, sea rock!

13.6.09

Un Oso Rojo



Escena+actores+guión+música+calidad = peliculón.
Una película que habla mucho de nosotros.
Una escena genial. Ese himno nunca mejor utilizado.
Una de mis películas preferidas, que hace que valore tanto el cine nacional.
Un gran director. Un gran actor.
La película que una vez más, me hizo tolerar Buenos Aires.
Una película a la que siempre vuelvo, y seguiré volviendo.-

10.6.09

Buen invierno...


Linda melodía para cerrar el miércoles y comenzar el jueves, y pensar el viernes y el fin de semana largo lejos de casa, y así, y seguir...


9.6.09

4 que van 5

"Música que me conoces, música que me alientas, que me abanicas o me cobijas, el pacto está sellado. Yo soy tu difusión, la que abre las puertas e instala el paso, la que transmite por los valles la noticia de tu unión y tu anormal alegría, la mensajera de los pies ligeros, la que no descansa, la de la misión terrible, recógeme en tus brazos cuando me llegue la hora de las debilidades, escóndeme, encuéntrame refugio hasta que yo me recupere, tráeme ritmos nuevos para mi convalecencia, preséntame a la calle (...) "
Andrés Caicedo.-


Hace 4 días que escucho los mismos 5 discos, y no sé por qué: Quién va a garpar todo esto Vol. II/Tranquila, Corazón/Vintage/For Emma, Forever Ago y El camino más largo... Y no sé por qué, reitero, pero no me molesta no saber (creo).-

Liniers

2.6.09

Y todavía me pierdo con la guiaT

Leo esta nota en la Revista Enie y me sulfuro (me encanta esa palabra, que según mi diccionario sería algo así como: viene de sulfurar, enojarse, calentarse) “Nueva York ofrece "podcasts" con rutas turísticas para cinéfilos”, que se puede leer pinchando (como dice un profe que trabaja con gallegos) acá: http://www.revistaenie.clarin.com/notas/2009/06/01/_-01930780.htm.

Y me dan ganas de gritar, y entonces grito: aaaaaaaahhhh! Y pienso en que, en la ciudad de la furia, para ir al cine tengo que dar 34.567 vueltas, y en resumidas cuentas, termino haciendo siempre algo así: leo algunas revistas-busco las carteleras-me quejo de las películas que no aparecen (y me enojo cuando termino de entender que no aparecerán nunca)-se me pasa no tan al toque-busco una (o varias) que me guste/n (aunque nunca sea una que sepamos todos y que le interese o quieran todos, por lo que siempre termino asistiendo a mi ritual preferido, s-o-l-a, pero f-e-l-í-z) –chequeo mis horarios-encuentro el que me conviene-llamo a dos o tres personas que creo que se podrían copar (no se copan)- comienzo un día normal más pero que pasará a ser extraordinario (cada día de cine se convierte en algo especial) a la brevedad-guardo mi guía T ("guiate con la guia T", recién creo que me doy cuenta el por qué de la T) en el bolso verde-miro la guia un rato-odio a la guia otro rato-y otro-y otro más-y me acuerdo de que un día le dije a M que me encantaría tener un súper mapa T porque pasar de mapita a mapita y hacerle caso al “continúa en el plano 45” me daba sueño-y me sigo quejando-se me cortan las hojas-me quedo con el plano 15 en la mano-y prefiero cerrarla-y tragar todas las broncas-y pensar en que de alguna forma voy a llegar a esa hora, a esa sala, a ver esa película y punto (.).

Y me sulfuro-bis, porque hoy me enteré que allá en Niú Short, no sólo tienen miles de álbumes con figuritas autoadhesivas para llenar cada fin de año con tooodos los estrenos cinematográficos anuales (joligudenses, o independientes, o lo que de), sino que tienen unos lindos audios que te llevan donde quieras y podes conocer lugares donde se hayan rodados películas y así.

Y encima me acuerdo que hoy hice una cola de cinco horas por dos entradas para la selección nacional de 11, pero en la que parecería que juega un solo 10 (muy a mi pesar). Y bufo.

Y todo suma, y nada resta. Y me rio, ahora me rio, porque entre tantos mapas que no me aprendo de acá, hay un par que alguna vez se que voy a usar y voy a recorrer y ya me aprendí, y ahí, agárrense mis valientes, no hay podcasts que me aguanten, la venganza va a ser te-rriii-ble. El cine, los cines, la sala, las salas, va a ser mio y van a ser mías. Y quizás algún día lo que imaginamos-guión-deliramos con N se hace realidad.

Pero mientras me preparo un café, y me acerco a la computadora y al teclado y por error abro nuevamente la ventanita de la nota que me puso nerviosa, gracias a esto de los podcasts allá lejos (lo único que les envidio), recuerdo que siempre quise ir a la estación de bomberos donde se rodó "Cazafantasmas" y me doy cuenta que mañana quizás hay paro de subtes-colectivos-o desaparece un avión-o se incendia un tren- y que la guía T (o Libro de calles-transportes-información, como se autodenomina), al final, no me guía a los lugares donde yo quiero ir y que seguiré sentada por (aunque que no quiera) varios-tiempos-futuros-más en el mismo porteño lugar y con varios fantasmines. Y chau, me voy bufando.

31.5.09

Hasta mañana

Voy a cerrar los ojos en voz baja voy a meterme a tientas en el sueño. En este instante el odio no trabaja para la muerte que es su pobre dueño la voluntad suspende su latido y yo me siento lejos, tan pequeño que a Dios invoco, pero no le pido nada, con tal de compartir apenas este universo que hemos conseguido por las malas y a veces por las buenas. ¿Por qué el mundo soñado no es el mismo que este mundo de muerte a manos llenas? Mi pesadilla es siempre el optimismo: me duermo débil, sueño que soy fuerte, pero el futuro aguarda. Es un abismo. No me lo digan cuando me despierte.
Mario Benedetti
---

a M.B

Ahora sos un extranjero más
porque el exilio,
el definitivo,
el que no perdona,
te quitó tu mayor duda
y el más acá te confirma
con noticia de tapa.

Dicen que a Montevideo
ya se le está notando la soledad,
pero la disimula y no llora,
porque sabe que es imposible.

No puede permanecer,
creyéndote / triste y convencida

Seguro que nos diste una tregua
para que tanto fuego desparramado
no nos reduzca a cenizas.

Sí, seguro, "porque la muerte es mentira"*.
de L.T. (Pá)
-
*Eduardo Galeano, Memorias del Fuego
***

21.5.09

Notas-Caparrós-Taller08

Hace ya mucho tiempo... A long long time ago...
Notas/Misiones – El Interior, Martín Caparrós
17.mayo.2008
.
Viajes sobre viajes
Al final, (¿por qué será que uno “inicia” una frase con la palabra “final”?- contradicciones de la lengua imagino) podría empezar esto con la frase: “todo tiene que ver con todo”. Y chau. Eso sería suficiente. Pero hoy tengo ganas de no ser tan poco expresiva, y decir un poco más. Resulta que El Interior de Martín Caparrós es para mí, uno de esos libros a los que denomino libro “biombo”, una especie de libro 'bisagra' (diría Luli, una amiga que sé que anda por ahí), que se plantó frente a mí dejando una marca, justamente eso, marcando una diferencia. Un antes y un después, como en todo viaje. Este libro es uno de esos que dejan algo (aunque hoy no pueda especificar qué) y más, me confirmó la existencia de preguntas que nunca voy a poder responder, respondió otras tantas y formuló algunas nuevas que quedarán ahí, en el aire, porque más allá de encontrar o no las respuestas algún día, me interesa, me moviliza, el simple hecho de que esas preguntan existan. Existan en el aire. Esas preguntas que permanecen ahí, volando, me ayudan a cambiar la mirada, mi mirada. Observando así el paso del tiempo, del paisaje, de los días, de los años. Mirando. Existiendo. Pensando. Observando la velocidad con la que la mirada de los otros pasa, simplemente pasa, pueden ver, pero no pueden mirar. O no quieren mirar.

Después de todo, ahora sé que no soy la única que alguna vez se cuestionó acerca del interior. Ese interior real, que ahí está, lleno de caminos, de viajes, de rutas, de miradas, de palabras, personajes, historias, que moviliza al interior-interior. Ese que es de uno, ese que no es material, pero que aunque no se puede ver, se puede mirar, y sobre todo indagar. Cuestionarse las preguntas que todos tenemos por ahí, en el aire, flotando, rebotando.

No sé si elegir releer El Interior en el colectivo de la línea 26, en el trayecto Rosario y Centenera – Retiro haya sido una buena idea. Pero así sucedió. Así volví a leer y sobre todo a mirar Misiones. Fue un viaje raro, un viaje dentro de un viaje dentro de otro viaje, y de otro, y de otro. Cuando pasaba por el Abasto, por la esquina Agüero y Corrientes, me imaginé, aunque en realidad creo que veía a Don Fernando hablándole a Caparrós sobre las maravillas de Andresito. Una mujer me preguntaba si faltaba mucho para la parada de Pueyrredón, creo que tardé en responderle, como si no viajara nunca en el 26. Es que le estaba preguntando a Mi Interior si en algunas vacaciones de invierno, cuando acompañe a mi abuelo a Las Cataratas, no podría pedirle que pasemos por Andresito, y así ver si la calle con el nombre de Don Fernando ya existe o no. Y cuando sonó mi celular, y era Evangelina del otro lado, explicándome que ya estaba en Retiro, yo me “colgué” buscando alguna planta sobre la Avenida Corrientes, creo que es mucho si digo que vi tres. Y pensé que si Misiones es dos colores, el rojo y el verde, tierra y yerba. Buenos Aires, pero por sobre todo la Avenida Corrientes, es gris, mucho gris y negro, taxis, subte, teatros, Once y Obelisco. Y me reí. Me reí porque me acordé de algo que una vez le escuché decir a un mexicano: “no resulta fácil resumir en pocas palabras todo lo que tiene Buenos Aires. Pues fíjate que uno se queda corto de adjetivos cuando pretende describir cada pequeño lugar”. Creo que en el fondo me molestaba que “La Reina del Plata” vislumbre tanto a los ojos que vienen a mirar a este país. Me pregunto qué es lo que ven, qué es lo que realmente miran y qué es lo que realmente existe. El libro de Caparrós tranquilamente podría ser una guíaT nacional y ser ofrecido a cada viajante que llega a mirarnos, que viene a la Argentina a conocer el tango y nada más.

Ya en el último trayecto del 26, por Avenida Leandro N. Alem, antes de llegar a Retiro, estuve cuatro o cinco cuadras recordando o tratando de armar una lista, enumerar en mi cabeza todo lo que había significado para mí Misiones en estos veintidós años, cinco meses y un día de vida, y esto fue lo que conseguí:

-Las Cataratas, viajar a mojarte. Y aunque antes no te empapabas, ahora dicen que uno se moja mucho menos.
-La hermosa tierra roja que no encontré en ningún otro lugar.
-El perfume más lindo a tierra mojada.
-El color bordó, fuerte, de esa tierra roja que ahora está húmeda.
-El viaje que mis abuelos hicieron juntos y que siempre recordaron juntos y felices.
-El lugar donde mi abuelo quiere volver porque extraña a mi abuela y que creo que cree que ahí la puede extrañar un poco menos.
-Las anécdotas que mi abuelo me contaba cuando yo tenía 10 años sobre monos y sapos gigantes.
-El próximo viaje que quisiera hacer con mi abuelo.
-La provincia argentina que por su ubicación geográfica parece más brasuca que sudaca.
-Yerba
-Mate
-Tardes de mates, viajes a Junín y grandes charlas con amigos.
-Caparrós/Erre/Don Fernando/Andresito/Posadas.
-Línea 26.
-Avenida Corrientes.
-Los mates que iba a tomar esa tarde con Evan.
-Las notas que escribo.
-La lapicera que compré para poder escribir por primera vez estas mismas palabras, después está la computadora y todo es más fácil, claro.

Y así fue como el principio se convirtió en final. Y son esos viajes dentro de viajes y de otros viajes y de otros. Finalmente, me doy cuenta que todo tiene que ver con todo. Y recordé esa buena manía que tiene el señor de los bigotes chistosos (Caparrós para los que no lo conocen), de poder hacer de la lectura mi pasatiempo favorito: h
abía llegado a Retiro casi sin darme cuenta. Esa capacidad de algunos de poder mostrarme con palabras paisajes lejanos, y hasta para algunos, invisible a los ojos. ”Invisible”, hasta que lo leemos y así, podemos imaginarlo. Y comprobar que muchas veces la imagen, puede ser igual, no más, que mil palabras. Porque a veces, cuando uno se encuentra lejos de ciertos lugares (y créanme que lo digo por conocimiento de causa) las palabras también te llevan, te ayudan a estar ahí. A poder mirar.

Cuando me di cuenta -porque en algún momento, infelizmente en la mayoría de los casos, tenemos que darnos cuenta-, ya estaba en Retiro -pero ésta vez felíz-, y al terminar de hojear Misiones y dar vuelta la página, Caparrós comenzaba a mirar a la provincia de Corrientes. Yo acababa de viajar por Corrientes. Es curioso como me dejé llevar. Cómo me gusta que el interior me lleve constantemente. Después de todo, siempre voy a ser de más allá y no tanto de acá, de ese interior, de una parte de ese interior. Porque Misiones también me pertenece.

Al final, Evangelina vino a visitarme desde La Plata a Capital Federal, fui a buscarla a Retiro y sin salir de la provincia de Buenos Aires, viajé por Corrientes pero anduve por Misiones. El mundo, mi país, es un lindo pañuelo y entra en un librito, créanme.

Falsos... Vuelvan...

Te-món! Más tiernooo...



Cuánta melancolía...
Cuánta buena música...
Qué linda gente...
Qué gente dulce...

Falta que te rompan cientos de veces más el corazón...

Dora-Josué

Estación Central Do Brasil - El final de una de las películas más tiernas que vi...

Cortázar...



qué lindas palabras...

13.5.09

La leyenda del espantapájaros

Un corto muy interesante, al estilo de Burton, que quiero compartir:

10.5.09

y acá estamos...


Cuando nacimos, todo comenzó a crecer en torno nuestro. Inventamos juegos y formas, ellas crecieron por sí mismas. Nos alegramos de nuestra fuerza. Cada uno fabricaba su pedazo con empeño. Juntamos los pedazos. Sucede que ahora construimos una gran pelota de soledad en el medio del living y no sabemos cómo moverla.
-*-
Carlos Emilio Del Guercio

2.5.09

Fotos de la estación MdH - 1













Se que hay una persona que hubiera disfrutado mucho de estas fotos, incluso, encantada me hubiera acompañado a tomarlas, de alguna forma se las regalo, porque se trata de su estación. Abuela, te extraño mucho.-
-
*
"...Algo queda atrás."
Celia Güichal,
Una metáfora viva

28.4.09

Caicedo...





'Sin amigos no sirven mis palabras'

Hoy Andrés Caicedo me hace falta...

27.4.09

Regalo de Na -2

N: -Lo último que te mando, lo prometo.
A: -A ver...
N: -Pero me fue inevitable acordarme de vos...
N: -Y éste a tan solo 17 kb, ojo.
A: -Jaja, sos grosa, conseguís lindas ofertas.

Regalo de Na


N: -Te regalo este cuadro que me gustó y me voy. Buenas noches.
A: -¿De quién es?
N: -De nadie conocido, pero es parecido a Kandisky.
A: -Gracias, muchas.-
N: -De nada, costó nada mas que 54 kb.

Objetos perdidos... Perdí

El siglo veinte, que nació anunciando paz y justicia, murió bañado en sangre y dejó un mundo mucho más injusto que el que había encontrado.

El siglo veintiuno, que también nació anunciando paz y justicia, está siguiendo los pasos del siglo anterior.

Allá en mi infancia, yo estaba convencido de que a la luna iba a parar todo lo que en la tierra se perdía.

Sin embargo, los astronautas no han encontrado sueños peligrosos, ni promesas traicionadas, ni esperanzas rotas.

Si no están en la luna, ¿dónde están?

¿Será que en la tierra no se perdieron?

¿Será que en la tierra se escondieron?


Eduardo Galeano, Espejos, una historia casi universal.


¿Y vos?

¿Y yo?

¿Dónde estamos?

¿Dónde estás?

¿Nos perdimos?

...

Hoy te extrañé.-



4.4.09

Festival Comunitario de Video Juvenil


Viajar no es viajar y nada más


‘Mis certezas desayunan dudas. Y hay días en que me siento extranjero en Montevideo y en cualquier otra parte. En esos días sin sol, noches sin luna, ningún lugar es mi lugar y no consigo reconocerme en nada ni en nadie. Las palabras no se parecen a lo que nombran y ni siquiera se parecen a su propio sonido. Entonces no estoy donde estoy. Dejo mi cuerpo y me voy, lejos, a ninguna parte, y no quiero estar con nadie, ni siquiera conmigo, y no quiero, ni quiero tener, nombre ninguno: entonces pierdo las ganas de llamarme y ser llamado.’ Las Pálidas, Eduardo Galeano, de El Libro de los Abrazos. Y Juan Desouza se va, o quizás leyó a Galeano y se fue. El asunto es que a veces uno tarda en darse cuenta de que estamos de paso. Y se produce el sufrimiento de una experiencia humana inevitable: el paso del tiempo y las transformaciones que provoca en el cuerpo (y en el alma).


Y viajar, viajar nos permite lo contrario quizás, detener nuestro tiempo, darle paso a otro lugar y otro tiempo, para luego volver al tiempo de uno y volver a ser uno y no otro en otro lugar y otro tiempo (¿me explico?). Porque el viaje lo cambia a uno, lo lleva a un movimiento interior que va mucho más allá del movimiento físico. Y ahí es cuando uno emprende la vuelta, volver para redescubrir nuestro contacto con la vida. El viaje nos deja escapar, escapar de uno mismo y hasta de los demás. “El viaje es transferencia: el cuerpo deviene algo que era o que ya no es, por un lado nos guía de regreso a nosotros mismos, por otro nos ayuda a surgir hacia fuera. Los cambios externos, y con ellos, la profundidad. En este sentido, la cáscara es también el corazón.”, relata Charles Grivel en Travel Writing.


Juan Desouza viaja dos veces en un mismo tiempo. Es un abogado de 46 años que se entera de que su esposa está embarazada. Tras ocuparse como todas las noches, de cuidar y bañar a su padre postrado, emprende una de sus habituales visitas profesionales al interior del país, en este caso a la ciudad entrerriana de Victoria. Sin embargo, a partir de la muerte de un pasajero del micro en el que él viajaba, y en medio de una sensación de gran confusión interna que lo obliga a tomar otra perspectiva de su vida, el protagonista decide hacerse pasar por otro (y después por otros) y no regresar a Buenos Aires por un tiempo. En las desoladas calles de la ciudad, Juan recupera los instintos vitales primarios, se conecta con la naturaleza, sufre el miedo de sentirse perdido en la noche y tiene un apasionado encuentro con una mujer del lugar. Y todo porque en este caso, les cuento de Juan, pero las cosas que pueden suceder en un viaje, las cosas que nos pueden cambiar en un viaje, son muchas. Cada viaje va direccionado por los ojos y los pies de quien lo mira y lo camina. Y nadie más. La experiencia del viaje es más interior que exterior. El viaje es una experiencia individual, desde los ojos que eligen mirarlo. En el viaje uno se puede dar el lujo de experimentar lo que le sucede liberado de su identidad, como hizo Juan. Aunque ser otro, viajar, no nos libera del paso del tiempo, ni de sus manifestaciones en el cuerpo y en el alma, ni de nuestras obligaciones, ni de la rutina de todos los días, ni a Juan de tomar conciencia de su padre que se está despidiendo, ni de su hijo que está por venir. Viajar nos deja tomarnos una suerte de descanso de nuestro propio ser y animarnos a jugar con la posibilidad de que uno no es sólo uno, uno también es el lugar de uno. Tomar un identidad prestada, jugar durante un tiempo a que somos otras personas, en un lugar desconocido, con gente que no nos conoce y que tampoco conocemos, caminando por calles que no sabemos hacia donde nos llevan, pero igualmente dejando que nos lleven. Así podemos olvidarnos un poco de nosotros, y desde el lugar del otro ponernos en contacto con lo que nos pasa en nuestro interior. Quizás no serían las palabras justas “transformarse en otra persona”, sino preservarse detrás del anonimato, y aprovechar esa suerte de tiempo detenido que paradójicamente nos permite estar más cerca de uno mismo. Viajar es un estado de despego interno, correrse de la propia sombra.

“Y aquél fue un momento inequívoco de mi vida, el más extraño momento de todos, en el que no sabía quién era yo mismo: estaba lejos de casa, obsesionado, cansado por el viaje, en la habitación de un hotel barato, que nunca había visto antes, oyendo el crujir de la vieja madera del hotel, y pisadas en el piso de arriba, y todos los ruidos tristes posibles, y miraba hacia el techo lleno de grietas y auténticamente no supe quién era yo durante unos quince extraños segundos. No estaba asustado, simplemente era otra persona, un extraño…” esto le sucede tanto a Jack Kerovac-En el camino, como a Juan en un hotelucho de Victoria. “No conozco a nadie, nadie me espera, no sé qué hacer - ¿Qué voy a hacer mientras tanto? ¿Qué estoy haciendo en un lugar tan ajeno? ¿Quién me manda? ¿Cómo voy a hacer para enterarme de algo? – Ahora ya sé que de todas maneras, de alguna manera, todo termina por funcionar, pero igual me desespero en esas primeras horas en que algunos lugares parecen demasiado grandes, ajenos, inabarcables” cuenta Martín Caparrós en Larga Distancia. Al viajar y al sentirnos extraños, atravesamos diferentes estados de ánimo que nos dejan una forma especial, particular de percibir el mundo, o al menos el “mundito” que en ese momento vivenciamos, y de conocer la existencia y la conciencia del cuerpo y del tiempo durante el viaje.


En el viaje nos pasan muchas cosas, a veces intensas, otras no. Nos podrán decir que somos viajeros o caminantes, que no, que somos apáticos, que somos cómodos, que somos inquietos, que huimos del campo y de la ciudad, o que huimos del mundo y de la ciudad refugiados en el campo. Y podemos no ponernos de acuerdo. Seremos viajeros, o no, erráticos y errantes, inquietos o inquietantes, pero somos personas con diversas paranoias externas e internas, humanos antes, y por eso seres pasionales, que eligen viajar o no, o quedarse siempre en un lugar porque como dice Herman Melvilla en Moby Dick: “No figura en ningún mapa, los lugares verdaderos nunca están.” Y puede que no nos guste viajar, que nos moleste, lo dice Jorge Monteleone: ‘el mundo, hoy, mañana, siempre, nos hace ver nuestra imagen’. Y hay momentos en que se hace difícil aceptarla, dejarla ver. Y ahí encuentro el problema de los viajes (o puede no ser un problema), o más que de los viajes, de los viajeros; al viajero le cuesta ver lo que somos desde el lugar del otro, desde otro lugar o desde ningún otro lugar. Porque como alguna vez dijo Dolina: “Las grandes distancias me enseñaron a ver mejor la esquina de mi casa”. Y yo aprendí que en vez de extrañarme por lo que es, extraño sentir lo que soy cuando estoy en ella, de verme en ese instante, en ese lugar, en esa esquina, mi esquina.