26.6.09

No tele

Enciendo la tele y leo: "Moria se haría una rinoscopía pública".
Mejor la apago.


Ruta 7 y a casa.

25.6.09

Aflojale Tio Bigote!


Bob Dylan, Rodolfo Walsh y Quentin Tarantino por Andrés Cascioli
Otro más que se fue, parece que está complicado acá abajo el asunto, che...

parapa-pa parapapa...



I'm from Barcelona - Collection of Stamps
El tema que terareo desde que me levanté!
Me encanta! Y el colorado también!

24.6.09

Ag!

A6u571n..(moto) oouch!! dice:
siii yo tambien... me envidio
cada uno elige
donde quiere estar
sabelo
pensalo antes de dormirte
[andreita] dice:
ya lo se
NO ME LO DIGAS MÁS!
A6u571n..(moto) oouch!! dice:
ja
estas maniosa!
jeje
[andreita] dice:
no!, ahora no quiero estar acá, me cagaste el sueño!




Y si hoy sueño con el lugar donde no quiero estar es todo culpa de ese chiquito, con el pelito de Balá y remera amarilla, que pone cara de santo, pero anda por la vida rompiendo sueños, (pero que igual lo quiero)...

A6u571n..(moto) oouch!! dice:
bueno soña que te vas de vacaciones!
es buenisimo soñar!

=) y me dejó más contenta...

Vice con Peña is Nice (y mi banda sonora)

Leyendo cosas viejas en mis cuadernos viejísimos de Junin (cualquier excusa es buena para decirle NO a los resúmenes de Semiótica), encontré algo que me dio un poco de melancolía. Todavía me cuesta pensar que Fernando Peña y sus tantas vidas ya no estan. Todavía me pregunto cuándo Carlos Alberto García Moreno va a volver para ser Charly y hacerme sonreir. Recién es miércoles y me faltan casi tres días para irme a casa. Y es la décimo quinta vez que escucho un cassette viejo con temas en vivo de Las Pelotas y Sumo. Demasiadas buenas y dulces cosas...


viceisnice (algún día de sol, sospecho que era invierno, del 2008...)


Hoy es un día especial, bah, especial lo que se dice es-pe-cial no, más bien raro, no sé bien por qué, pero sé que no fue un día muy normal. En realidad ya no debería decir “hoy” porque lo que llamo hoy fue ayer, pero como para mí ayer sigue siendo hoy dado que todavía no pasé la noche de ayer porque la noche de ayer sería estar durmiendo en este mismo momento, pongamos que hablo de Junin y de ayer pero hoy, ¿trato?


Hoy pero ayer desayuné con el almuerzo y con la Chiqui Legrand, (sí, sí, ya sé, me estoy levantando tarde) acto seguido: me podían pasar dos cosas; que el desayuno-almuerzo me caiga mal porque me molesta escuchar más de diez segundos a la vedette de los almuerzos y me podía llegar a quedar atravesada la comida en la garganta o que el invitado de Mirta sea Fernando Peña y que por primera vez (y hasta ahora única vez) en mis veintidós años (que hoy son veintitrés), no me moleste escuchar a la viuda de Tinayre un programa entero sin fastidiarme e incluso, prestando atención a sus comentarios bobitos. Me la banqué y hasta creo que no merezco mentirme, lo ví venir, más de una vez, durante esa comida, fui felíz.

Peña dice cosas que me hacen bien. Ver a Peña me gusta. Escucharlo me gusta. Oir a Peña durante un almuerzo, está bueno. Peña me entusiasma. Peña me sensibiliza. Y me gusta que alguien me provoque eso. Una persona que se autodefine como “trabajador de la palabra en todas sus manifestaciones”, me gusta, me encanta.

Después de Peña, me quedé sola en casa, momento emotivo en el aire ya: sola y en casa, o sea que tenía un par de caminos por transitar, al estilo elige tu propia aventura…, para elegir: una merecida siestona, viendo y considerando que era mi último jueves de las vacaciones de invierno antes de volver a la ciudad de la furia, a la facultad de la furia y a la gente con furia (Ciudad Autónoma de Buenos Aires, amiguitos, sí, sí; Universidad de Buenos Aires, sí, sí, compañeros; y porteños, queridos, sí, sí, le moleste a quien le moleste), una siesta en mi hermosa camita grande, no venía nada mal, pero había un sol muy grande como para esconderme de él en la cama y no fui por ese lado; la segunda opción era mirar un rato latele, literalmente, mirar un rato latele, estudiarla, sus botones, sus opciones de menú, su sonido y por ahí, hasta ahí, sólo eso puedo hacer con latele desde hace tiempo, con suerte, encontrar en la pila de mi hermano algún dvd que valga la pena, pero no, el sol seguía estando muy lindo afuera para eso, y eran las tres y veinticocho de la tarde ya, cuando no da, no da. Mis amigas estaban todas, pero todas, estudiando, justo tengo tanta suerte, que hay un sol hermoso y todas rinden la semana que viene, que vendría a ser algo así como que se caiga el cielo de la tormenta, tener tres películas buenísimas para ver, pero que el reproductor de dvd o que la cassettera (palabra ochentosa si las hay) no funquen y lo que es peor, te enteres en ese mismo momento, después de estirar tus piernas entre el sillón y la mesa ratona que tenés ahí. Bajonazo, el sol seguía firme ahí afuera. Y yo sola, y acá adentro. También podía ponerme en posición pro-estudio como aquellas otras, pero tampoco daba ponerme a leer la bibliografía que todavía no empecé a leer a conciencia para el parcial que tengo de Taller2 la semana que viene, eso de hacer algo a conciencia, justo hoy, no daba tampoco. Y menos teniendo en cuenta que siento que me anoté en una cátedra aburridísima (casi como el programa de la Chiqui cuando tiene invitados como Susana Rocasalvo u Osvaldo Laport) de la cual tengo pensado desaparecer, borrarme, darme de baja, pronto. En fin, problemas académicos que resolveré en el ámbito facultativo (¿existe ese término?) la semana que le sigue a esta, o sea la que viene, cuando ya mis hermosas vacaciones de invierno hayan concluido y no tenga otra cosa que hacer que ir a luchar contra la mujer simpatiquísima del Departamento de Alumnos de la Sede Parque Centenario, una rubia teñida, morrudita, que lo que menos tiene es cara de “¿Me entendiste? Sino, te explico otra vez” o “Volvé todas las veces que sea necesario”. Y la última opción, la más acertada, la que finalmente elegí, fue ducharme, poner música a fondo y hacer lo mismo que hago todas las noches aparte de tratar de conquistar el mundo, pensar y repensar, mientras escucho esa música que considero saludable, cuál sería la banda sonora de mi vida, de mis días, de ese momento.Entre las tantas preguntas que me vivo preguntando, ésa, la de mi banda sonora, es una que me hago siempre y que nunca nadie me hizo, cuál sería la banda sonora de mi vida. Mmmm, creo que es tan difícil de responder para mí, pero para muchos debe ser fácil. Por ejemplo Charly García, él sí que supo tomarse muy enserio esa pregunta, aunque dudo de que alguien alguna vez se la haya preguntado, o por ahí, de tan genio que es, él mismo supo planteársela, de lo que estoy segura es que supo responderla demasiado bien. Ésa es la música con la que quiero que empiece mi cidi con la música de mi vida. Track 1: El Amor Espera – Intérprete: Charly García & Say No More! En ese momento terminaba de ducharme y ahí volví a comprender que la música es el vicio que me hace más felíz. Vice is Nice! And no more.-

Volvé Charly, volvé...

23.6.09

Y pocas nueces

Y si vas a la derecha y cambiás hacia la izquierda, adelante.
Es mejor que estarse quieto, es mejor que ser un vigilante (...),
Y si trabajás al pedo y estás haciendo algo nuevo, adelante (...),
Quiero algo de razón, no quiero un loco.
Apagá el televisor.
Si lo que te gusta es gritar, desenchufa el cable del parlante.
El silencio tiene acción, el mas cuerdo es el más delirante.
[Raros peinados nuevos, Charly García]

En realidad, no es nada nuevo lo que quiero decir (en alguna que otra charla con gente amiga lo hice público), pero bueno, una serie de hechos que ocurrieron los últimos días, me hicieron pensar (rarísimo, sí, porque tengo el cerebro preocupado por algunas cuestiones académicas hace una semana y por algo que le debo a Alejo, y sí, no puedo hacer más de dos cosas juntas) y si a eso le sumo algunas cosas que escucho cantar a Charleston, en fin, acá estoy.


Tengo ganas de decir algo: Estoy podrida de la gente que utiliza la herramienta "Comentarios" en la web para hacer catarsis y que, encima, lo hacen bajo el nombre de "anónimo". Si se te cayeron todas las monedas cuando tenías que sacar el boleto del 15 y encima tenías a una cola de 23 personas esperándote y bufando, no es mi culpa. Si te caiste y se te cagaron de risa, no es mi culpa. Si se te quedó el ascensor o cuando estabas por bajar (porque vivís en el piso 12) lo pidieron de planta baja otra vez y vos quedaste adentro, no es mi culpa. Si tuviste que viajar 40 minutos parado, no es mi culpa. Si no sabés a quién votar, no es mi culpa. Si sos hincha de Boca o (peor) de Independiente, no es mi culpa (ésta vez me la juego por Huracán y papá Jorge tuvo que ver en esto). Si la persona que querés que te quiera, no te registra, no es mi culpa. Si te registra la que no querés, tampoco es mi culpa. Si está lloviendo, no es mi culpa. Si tu computadora está lenta, no es mi culpa. Si no podés hacer dos cuadras sin pisar mierda, no es mi culpa. Si hay paro de subte, no es mi culpa. Si no soportás el mundo, no es mi culpa. Y si no te gusta lo que otros escriben o hacen u opinan, siempre-siempre se puede ser más suave. O sino, directamente, say no more, no digas más nada y todos vamos a ser más felices. Me da verguenza ajena (piel de gallina, como un dolor en el pecho al estilo Panigazzi) cuando veo que cuando se opina en la web, se opina como se habla, no hay reglas, no hay códigos, no hay lógica, no se respeta nada. No es que la Real Academia Española me está pagando por esto, eh, porque soy una de las primeras personas que levanta la mano si preguntan si se puede escribir cómo se habla. Pero paremos un poquito, ¿no nos estaremos yendo un poco lejos? Si escribimos como hablamos, ¿será que hablamos como vivimos? Últimamente todo me hace pensar que sí. ¿Será que ya ni ganas de hablar bien tenemos? ¿O que todo nos da lo mismo? A veces pienso que hay gente que llega a cierta edad y debería volver a empezar. Aprender desde cero, ni siquiera educación, buenos modales, directamente el abecé y los números y empezar por ahí. No sólo gracias, buenas noches, permiso o por favor, también el brazo, la mano, la buena onda, el optimismo. Es que realmente me angustia un poco todo lo que veo en la tele, lo que escucho en la radio, lo que leo en los diarios, hay mucha más gente sin retorno que lo que yo imaginaba, y no sólo eso me preocupa, no lo quiero, no lo quiero hoy, no lo quiero mañana, no lo quiero más. Y estas cosas me hacen repreguntarme si voy por el camino correcto, y ya ni lo sé. Uno hace lo que puede, pero no puede lo que quiere hacer. Y es así, y todo así. Paren el mundo, ésta tarde realmente, me quiero bajar.

Hoy estaba entretenida leyendo a Caicedo mientras esperaba mi turno para hacerme unos análisis y escuché a un nene que le decía a la mamá:
-¡Mamá, mamá, el señor ese me da miedo!- y señaló a un hombre que estaba sentado a dos asientos de ellos.
-¿Y por qué?- le preguntó la mamá.
-¿Por qué qué?
-¿Por qué te da miedo?
-No sé mami, tiene los ojos muy duros, parece enojado. Y no se ríe-.
Y la mamá lo sentó en sus piernas y le "intentó" explicar que en realidad la cara del señor era así o que quizás le había pasado algo o le dolía la pancita (ahí yo bufé por lo de "pancita"). Entonces el nene, piensa un rato, lo mira y responde: "Y andá a preguntarle, ma". La madre le dijo que no, que ya le tocaba su turno y el nené se sonrió (imagino que porque estaba seguro de que había encontrado la solución a la cara de culo del hombre) se paró enfrente del señor con mucha decisión, lo miró a los ojos, buscó algo en sus bolsillos y le dijo: "Señor, no quiere que le de dos caramelos rojos? Son de frutilla, re-ricos eh" Y el señor lo miró, y casi que se sonrió.
Y yo me encanté de ternura.
El nene tenía eso que yo creo perdido: ingenuidad, dulzura, buenos modales, respeto, suavidad, solidaridad y tantas cosas más que juro que si lo hubieran visto, lo comprenderían. Es que en realidad, el nene todavía tenía la felicidad de no saber mucho de que va todo este circo que llamamos vida... Y el hombre, aparte de tener mucha cara de cul-, supongo que era de esos que hoy se habían levantado con el pie equivocado y lo que sigue, es una historia que bien sabemos todos...

Me ponen mal todas estas cuestiones. La infelicidad que tenemos todo el tiempo, el mal humor, las pocas ganas. Me molestan los monosílabos. Me molesta la gente que vive cruzada de brazos, y como esperando "algo".


"Maldita sea, Cali es una ciudad que espera pero no le abre las puertas a los desesperados" dijo Andrés Caicedo alguna vez y me acordé de eso y suspiré. Me pregunto si Buenos Aires no se parece mucho a Cali en eso de esperar...

La poca diversidad de palabras, de formas que tenemos para comunicarnos, la manía de perder el tiempo. No me puede indignar tanto el mal uso de las palabras, o lo que es peor, gastarlas en cosas sin sentido. El tiempo, la palabra, la coherencia, el respeto, la escucha, son tantas cosas que estamos perdiendo (o ya perdimos) y el asunto es ése, no hacer el esfuerzo de recuperarlas, de hacerlo mejor. "Es mejor que estarse quieto, es mejor que ser un vigilante", obvvvio, siempre que se diga o haga algo va a ser mejor que la nada, pero que no se confunda, se debe decir con argumentos valiosos, con criterios lógicos, con el uso racional del idioma. Decir con pasión, ¡con ganas! Vivir diciendo...

Y aprovecho la escena del nene con su mamá de esta mañana y el uso de la palabrita "pancita" que tanto me desespera. Me molestan los padres que a cada cosa que le dicen a su hijo de 2 años le agregan el "ito" o que lo sigan llamando Pedrito cuando Pedrito ya sabe para que la tiene (guiño a mis amigas, en especial a Evan): ¿Dónde está el muñequito chiquito? ¿Vamos a lo de Tomasito un ratito? ¿Tomamos la mema? (Qué es LA MEMA???!!!) o peor ¿A ver si Juancito se hizo caquita? ¡Uy tenés moquitos!, ¿Querés un alfajorcito? Basta! Es mamadera, es caca, es mierda, es alfajorrr, es mooooco. Cortemosla con las deformaciones al hablar, así empezamos y después terminamos mal. "No empiecen que después terminan llorando", nos decía mi papá cuando mi hermano y yo nos corríamos por algo.

Muchas cosas para decir, muchos temas de los que hablar y muy pocas caras con ganas de hacerlo. No quiero pensar que estamos perdiendo las ganas de vivir, no, no, no quiero. Quizás hoy tuve un día demasiado "recetado" y esto es el resultado de eso. Todo puede ser, o nada.

Pensamientos inútiles, seguramente...
Mucho ruido y pocas nueces quizás, mucha receta, y poca lucidez...

Ay! no sé, tengo a Gabi que dice que no quiere que la vida se le pase. Y yo veo que la vida se nos pasa y que todo es más complicado, y que no nos estamos dando cuenta de nada. De hablar, de pensar, de sentir, de escuchar, ni-hablar.

Debajo de esto hay alguien que no creció... (ya lo saben)

Yo quiero ser chica... Y jugar...

19.6.09

Malos aires

A.: S., necesito que me respondas una cosa.
S.: ¿Qué cosa?
A.: ¡¿Tanta cara de culo tendré como para merecer un pedo en la cara?!
S.: Ja, ja, me estás jodiendo.
A.: No, ¿querés saber cómo fue? Así: Me dijiste que nos encontrábamos acá, me duché, agarré mis cosas y salí de casa. Cuando piso la vereda y me dispongo a caminar a ritmo porteño, me doy cuenta que quedo caminando detrás de un hombre, que caminaba lento y ponele que quedé a un brazo de distancia de él y me tuve que mantener a ese ritmo (y bufando yo, como siempre). El señor iba como medio incómodo. En eso, de repente, escucho un TRUENO terrible (o sea, tenés que escuchar un pedo en plena Avenida Córdoba eeeh!), y vos viste el sol que tenemos hoy. Sí, sí, no me mires con esa cara, el hombre, educadísimo, se me cagó en la cara. Y no es todo, llegamos a la esquina, y muy pancho, se rescaba con todas las ganas. Yo no puedo creer. Entonces me dije: "Lo miro, lo miro y que se sienta incómodo" Y lo miré. Y nada, absolutamente na-da. Muy felíz y relajadísimo, me dijo: "Linda tarde, ¿no?"
S.: Ja, ja, ja... te-rri-ble.

Basado en un hecho real (para soñar prefiero a Hoffman), un día cualquiera en una esquina cualquiera de Buenos Aires.


Se nos fue todo a la mierda, literalmente.
Me indigné..

16.6.09

La Maison en Petits Cubes

La Maison en Petits Cubes, La casa de los pequeños cubos, del director japonés Kunio Kato, es el Corto Ganador del Premio Oscar, por ser el Mejor Cortometraje de Animación 2009, no hay mucho para decir, hay que mirar nomás, saber mirar...

Parte I:


Parte II:


Lindo, lindo, lindo...
=)

Sueños son

Ja ja ja. Mucho feriado y pasa esto...

Me levanté y no puedo dejar de reirme. (Lo de La Trastienda con Los Tipitos, será un tema aparte, aunque también es causa - la primera- de mi felicidad)
Pero la situación es la siguiente: Me rio mucho porque tuve un sueño ridículo.

Soñé que Georgina Barbarrosa era la novia de Philip Hoffman. Y que vivian en el campo. Pero en la tranquera (no hay campo sin tranquera) tenía parada el 36, entonces, por eso yo pasaba por ahí! Pero la historia era más o menos así:
Me subo en Acoyte y Rivadavia al 36. Me siento en esos asientos que no se comparten. Me doy cuenta que en los asientos de a dos va un señor muy rubio con dos mellizas muy morochas. Tengo la idea (que yo pienso que no es, pero es) de que ese señor con gorrita (esas gorritas yanquis con una letra en grande: él tenía la W) se parece al actor de Capote, película que me encanta. Y es! Es Hoffman! Entonces no puedo creer que Hoffman y yo compartimos el mismo viaje horrible en el mismo horrible 36. Me rio y observo por la ventanita que ya andamos por el campo (nada que ver porque el campo se parece a la ruta 7 que conozco tanto entre Junin y Lincoln), pero un campo que se parece muchísimo al de mis abuelos (un poco más allá de Lincoln). Hoffman se para, las nenas también, timbrean y se bajan. Se bajan en la tranquera esa! Me sigo riendo y pienso que seguro que no era, pero que era alguien muy parecido. (Aclaro que todo esto lo soñé eh, no es que es producto de alguna cosa rara, o de mi adicción a los sahumerios o las velas) La cuestión es que sigo ahí, sentadita sola en el 36, con El Poli de Los Tipis sonando en mi emepetré (ah, sí, sí, no tengo sueños sin banda sonora) y me doy cuenta que mi parada es la próxima! Me paro toda atolondrada, ésta vez timbreo yo y me bajo. Y me doy cuenta que me pasé, que mi parada era, posiblemente, la misma que Hoffman! Ja ja ja, escribo y me rio. La cuestión es que hacía mucho frio y yo caminaba por el campo y me dirigía (según la dirección que tenía en un papel violeta que saqué del bolsillo de mi campera verde) a la misma tranquera que Hoffman. Me dedico a abrirla (si lo haré en el campo, es una de las cosas que más me gusta hacer desde chiquita: ¿Puedo abrir yo abuelo? ¡¿Puedo abrir yo?!) y lo alcanzo a divisar al Capote trucho desde lejos: un buzo gris, un pantalón azul, la misma gorrita, las nenas con dos colitas en el pelo y nada, caminan y llegan a la casa y alcanzo a ver que entran. Y llego yo, y golpeo mis manos (que me encanta hacerlo) y ja ja ja, Georgina Barbarrosa me abre la puerta, con un mate en la mano y me dice: "¡Llegaste Andreita! Te estaba esperando con unos verdes, me entendiste bien cuando te expliqué?" Y me rio. Y le digo: "Sí, sí, vine en el 36 como me dijiste"- Y responde: "Bueno, pasá pasá, que charlamos" (JA JA JA, Georgina y yo: amigas!!!!!) Y aparece Hoffman! Y me dice: "Ah, sí, yo te conozco de antes" Y me mira y lo miro, y me desperté!!!!


Ja, ja, ja y mientras desayuno intento sacar algunas conclusiones bobas:

-No sé y nunca voy a saber si los sueños son o se hacen.
-Me gustó cómo me miró Hoffman la última vez, fuimos como complices de algo.

-No quiero creer que Hoffman y Barbarrosa en otra vida fueron pareja.

-¿Las dos nenas - que imagino que vienen a ser hijas de ambos, aunque de él no tenían nada- vienen a ser la versión femenina de los mellizos de Geor? (La trato así porque ya somos amigas)

-Los dos siempre me parecieron simpatiquísimos. A Hoffman aparte, lo admiro.

-No entiendo por qué su casa se parecía tanto a la de mis abuelos, o sí lo entiendo.

-Lo de los mates con Georgina, debe ser porque siempre me pareció una persona copada para unos mates o té.

-Tengo la última peli que protagoniza Hoffman pendiente para ver hace mucho.

-Y algunas cuestiones ridículas más...

Ja, y supongo que todo esto mezclado, merecía hacerse realidad en un sueño, pero no puedo dejar de recordar esa imagen: Hoffman paradito ahí, yo re contra abrigada, afuera mucha neblina y la Barba con el mate, ah y las nenas, imagen típica de película, corrían de fondo haciendo nada y (guiño a mis amigas) corrían y transpiraban solas (cosa que no soporto), jajaja: ¿Qué tiene que ver todo eso conmigo?

Las bizarreadas así, me matan!

Ja ja ja, me encanta que las cosas no tengan lógica...

Y van dos días que los empiezo de buen humor, me estoy riendo mucho... Gracias Hoffman...

14.6.09

De cumpleaños, muy felíz

De todas las cosas que disfruto en mis días (que no son tantas y no se dan a cada rato), hoy me toca la mejor:







No pueden ser más lindos esos momentos...

Tipitos... No les voy a preguntar por qué vamos a brindar...

Felices 15 años de música y vida...
Gracias por hacer mis días más tiernos...

Y que ésta noche, sea rock!

13.6.09

Un Oso Rojo



Escena+actores+guión+música+calidad = peliculón.
Una película que habla mucho de nosotros.
Una escena genial. Ese himno nunca mejor utilizado.
Una de mis películas preferidas, que hace que valore tanto el cine nacional.
Un gran director. Un gran actor.
La película que una vez más, me hizo tolerar Buenos Aires.
Una película a la que siempre vuelvo, y seguiré volviendo.-

10.6.09

Buen invierno...


Linda melodía para cerrar el miércoles y comenzar el jueves, y pensar el viernes y el fin de semana largo lejos de casa, y así, y seguir...


9.6.09

4 que van 5

"Música que me conoces, música que me alientas, que me abanicas o me cobijas, el pacto está sellado. Yo soy tu difusión, la que abre las puertas e instala el paso, la que transmite por los valles la noticia de tu unión y tu anormal alegría, la mensajera de los pies ligeros, la que no descansa, la de la misión terrible, recógeme en tus brazos cuando me llegue la hora de las debilidades, escóndeme, encuéntrame refugio hasta que yo me recupere, tráeme ritmos nuevos para mi convalecencia, preséntame a la calle (...) "
Andrés Caicedo.-


Hace 4 días que escucho los mismos 5 discos, y no sé por qué: Quién va a garpar todo esto Vol. II/Tranquila, Corazón/Vintage/For Emma, Forever Ago y El camino más largo... Y no sé por qué, reitero, pero no me molesta no saber (creo).-

Liniers

2.6.09

Y todavía me pierdo con la guiaT

Leo esta nota en la Revista Enie y me sulfuro (me encanta esa palabra, que según mi diccionario sería algo así como: viene de sulfurar, enojarse, calentarse) “Nueva York ofrece "podcasts" con rutas turísticas para cinéfilos”, que se puede leer pinchando (como dice un profe que trabaja con gallegos) acá: http://www.revistaenie.clarin.com/notas/2009/06/01/_-01930780.htm.

Y me dan ganas de gritar, y entonces grito: aaaaaaaahhhh! Y pienso en que, en la ciudad de la furia, para ir al cine tengo que dar 34.567 vueltas, y en resumidas cuentas, termino haciendo siempre algo así: leo algunas revistas-busco las carteleras-me quejo de las películas que no aparecen (y me enojo cuando termino de entender que no aparecerán nunca)-se me pasa no tan al toque-busco una (o varias) que me guste/n (aunque nunca sea una que sepamos todos y que le interese o quieran todos, por lo que siempre termino asistiendo a mi ritual preferido, s-o-l-a, pero f-e-l-í-z) –chequeo mis horarios-encuentro el que me conviene-llamo a dos o tres personas que creo que se podrían copar (no se copan)- comienzo un día normal más pero que pasará a ser extraordinario (cada día de cine se convierte en algo especial) a la brevedad-guardo mi guía T ("guiate con la guia T", recién creo que me doy cuenta el por qué de la T) en el bolso verde-miro la guia un rato-odio a la guia otro rato-y otro-y otro más-y me acuerdo de que un día le dije a M que me encantaría tener un súper mapa T porque pasar de mapita a mapita y hacerle caso al “continúa en el plano 45” me daba sueño-y me sigo quejando-se me cortan las hojas-me quedo con el plano 15 en la mano-y prefiero cerrarla-y tragar todas las broncas-y pensar en que de alguna forma voy a llegar a esa hora, a esa sala, a ver esa película y punto (.).

Y me sulfuro-bis, porque hoy me enteré que allá en Niú Short, no sólo tienen miles de álbumes con figuritas autoadhesivas para llenar cada fin de año con tooodos los estrenos cinematográficos anuales (joligudenses, o independientes, o lo que de), sino que tienen unos lindos audios que te llevan donde quieras y podes conocer lugares donde se hayan rodados películas y así.

Y encima me acuerdo que hoy hice una cola de cinco horas por dos entradas para la selección nacional de 11, pero en la que parecería que juega un solo 10 (muy a mi pesar). Y bufo.

Y todo suma, y nada resta. Y me rio, ahora me rio, porque entre tantos mapas que no me aprendo de acá, hay un par que alguna vez se que voy a usar y voy a recorrer y ya me aprendí, y ahí, agárrense mis valientes, no hay podcasts que me aguanten, la venganza va a ser te-rriii-ble. El cine, los cines, la sala, las salas, va a ser mio y van a ser mías. Y quizás algún día lo que imaginamos-guión-deliramos con N se hace realidad.

Pero mientras me preparo un café, y me acerco a la computadora y al teclado y por error abro nuevamente la ventanita de la nota que me puso nerviosa, gracias a esto de los podcasts allá lejos (lo único que les envidio), recuerdo que siempre quise ir a la estación de bomberos donde se rodó "Cazafantasmas" y me doy cuenta que mañana quizás hay paro de subtes-colectivos-o desaparece un avión-o se incendia un tren- y que la guía T (o Libro de calles-transportes-información, como se autodenomina), al final, no me guía a los lugares donde yo quiero ir y que seguiré sentada por (aunque que no quiera) varios-tiempos-futuros-más en el mismo porteño lugar y con varios fantasmines. Y chau, me voy bufando.