23.9.09

Me cantaron las 40

street fighting man gimme shelter (i can't get no) satisfaction the last time jumpin' jack flash you can't always get what you want 19th nervous breakdown under my thumb not fade away have you seen your mother baby? sympathy for the devil mother's little helper she's a rainbow get off my cloud wild horses ruby tuesday paint it black honky tonk women it's all over now let's spend the night together start me up brown sugar miss you beast of burden don't stop happy angie you got me rocking shattered fool to cry love is strong mixed emotions keys to your love anybody seen my baby? stealing my heart tumbling dice undercover of the night emotional rescue it's only rock'n'roll losing my touch.

en ese orden.
la lista, exacta, sin cambios, sin desorden.
hoy encontré ese disco doble. a los dos segundos de darle al "play", me acordé que todos los colores y todas las sensaciones pasaban por esas canciones.
hermoso rato, sí.

forty licks, & no more.

21.9.09

Voy o no voy, voy, por la página 70, pero voy

Es la cuarta vez que comienzo a leer el mismo libro, llego a la página setenta y algo y tengo que volver a empezar. No es que el libro sea demasiado fácil o demasiado difícil: lo que creo que pasa es que antes de llegar al cuarto de libro (sin queso), me doy cuenta que mi atención anda por Valencia con la luna.

21 de septiembre, un solazo de esos que digo siempre, marca "te explico" y ahí iba yo, en un taxi por Cabrera a fondo. El señor taximan que me pregunta: -¿Sigo por Cabrera hasta Paraguay y Junin o decís que nos conviene Viamonte?-, mientras me mira por el espejo retrovisor y a su vez por arriba de sus lentes, los cuales cuelgan en la mitad de su nariz (actitud que de ser de una señora que conozco de Junin y tiene una mercería por calle Gandini, antes de llegar a Roque Sáenz Peña, me hubiera jodido y mucho). Me mira, espera respuesta y yo le digo que me conviene -o muy concientemente quiero- que tome el camino por el que tarde más y vaya más lento. El señor del auto amarillo y negro, me mira y le sonrío: "no tengo ganas de llegar al lugar donde debo ir". "Pero entonces yo que vos, me bajo, me bajo acá", y ésa fue la mejor frase que me dijeron un día de la primavera. "Buena idea, buenísima idea, ¿Cuánto dice que le debo ahí? 9 pesos, perfecto, muchas gracias, que tenga una lindo día", y me bajé. ¿Qué necesidad tenía yo de ir a fondo, esquivando 106's y 140's por Cabrera y todo por llegar a las 16 a una clase? ¿Y perderme el sol? Quedé parada en la esquina del Coto de Cabrera y la calle que está entre el Coto y la plaza que creo que se llama como yo y que del lado de Avenida Córdoba tiene unos perros-estatua, parada al sol y contenta (por un momento recordé una escena de Radio Freccia y sonreí para adentro, cuando me vi con los brazos en la cintura, haciendo jarrita). Seguí caminando y así festejé el día más meloso del año, la rateada nacional y oficial, y el primer día de la alergia que llevaré conmigo por casi 3 meses, con un promedio de 34 estornudos en 2 días.



Llegué a la clase casi 57 minutos tarde, porque me tomé el laburo de disfrutar esa llegada tarde y certificarla con el reloj, lo que algún amigo llamaría: "Si la hacés, hacela bien". La profesora de los lentes rojos y raros hablaba, saludé y me senté. Nadie supo de mi festejo: caminata de casi 25 cuadras al ritmo de Charly García, Spinetta, algo de Onda Vaga y Estelares, Kusturica, Bregovic y mucho de The Killers y Radiohead. Sol, gente riendo, nenes corriendo, aire, luz, ciudad y autos (a los que ingnoré felíz y completamente). Me acordé de mi fin de semana en familia, de la ruta, de las fotos que guardo.

En definitiva, ya eran como las 5 de la tarde y mi dia recién comenzaba, fueron las casi 25 cuadras que más disfruté de un tiempo a esta parte. Buenos Aires es un poco ese libro, en el que me trabo siempre, al que quiero cerrar seguido, y a veces, tirar o guardar por ahí. Pero también me dio mucho, lindos ratos, lindas palabras, linda gente. No está mal empezar otra vez, así sean las 5 pm o la página 70 y algo, el tema es ir, seguir, continuar. La vida es libertad y como lei por ahí: La libertad es fanática, mi amor. Mi libertad de hoy se llamó "taxista que dijo: yo que vos me bajo acá". Entonces elijo ir y volver y volver a ir, ir a mi modo, a mi ritmo, con mi música. Me encanta cuando esta ciudad me deja hacer de una tarde, de un rato, de 25 cuadras: mi viaje, mi rato, mi tarde, mis cuadras y hasta mi propia banda sonora. Uno de esos días "sospechosamente lights", como diría Calamar Boy, pero tannn lindos.-

Gracias señor taxista, gracias Ring Lardner Jr. por hacer que vuelva a leerte por cuarta vez y gracias primavera, es la primera vez que no te odio por acercarme la alergia.

Y brindo con Baggio de manzana, con la ventana abiertísima, vientito entrando y Capusotto en la tele, ¿Qué más se puede pedir? Alguna estrellita por ahí, y la luna que se deje ver: pero pedirle eso a Buenos Aires, ya es mucho, se que en ese cielo inmenso estan. Chin chin (ruido de mi vaso con el tuyo, virtual-brindis, claro).-

Say No More! (se acerca el 23 de octubre, Max!) =)