19.6.09

Malos aires

A.: S., necesito que me respondas una cosa.
S.: ¿Qué cosa?
A.: ¡¿Tanta cara de culo tendré como para merecer un pedo en la cara?!
S.: Ja, ja, me estás jodiendo.
A.: No, ¿querés saber cómo fue? Así: Me dijiste que nos encontrábamos acá, me duché, agarré mis cosas y salí de casa. Cuando piso la vereda y me dispongo a caminar a ritmo porteño, me doy cuenta que quedo caminando detrás de un hombre, que caminaba lento y ponele que quedé a un brazo de distancia de él y me tuve que mantener a ese ritmo (y bufando yo, como siempre). El señor iba como medio incómodo. En eso, de repente, escucho un TRUENO terrible (o sea, tenés que escuchar un pedo en plena Avenida Córdoba eeeh!), y vos viste el sol que tenemos hoy. Sí, sí, no me mires con esa cara, el hombre, educadísimo, se me cagó en la cara. Y no es todo, llegamos a la esquina, y muy pancho, se rescaba con todas las ganas. Yo no puedo creer. Entonces me dije: "Lo miro, lo miro y que se sienta incómodo" Y lo miré. Y nada, absolutamente na-da. Muy felíz y relajadísimo, me dijo: "Linda tarde, ¿no?"
S.: Ja, ja, ja... te-rri-ble.

Basado en un hecho real (para soñar prefiero a Hoffman), un día cualquiera en una esquina cualquiera de Buenos Aires.


Se nos fue todo a la mierda, literalmente.
Me indigné..

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