Cosas lindas que comparto con Liniers y Macanudo:
Y ni hablar del momento en el que estás caminando-paseando-buscando, eligiendo el próximo disco en el que vas a invertir unos pesos y de repente, lo tenés en mano, envuelto en ese plástico duro (léase alarma) y uno no puede terminar de sentir ese placer único de comprarse un disco, aunque sea una vez al año.
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